Dudas y Magia

Iba todo muy bien, de maravillas, ibas aprendiendo justo lo que querías, te llenaste de ideas nuevas, conocimientos, rituales, símbolos, libros de referencia, pero algo pasó, llegó una persona o un libro que te plantea algo totalmente diferente, ahí nacen las dudas, las dudas generan cuestionamientos, los cuestionamientos y estos ansiedad… crisis existencial mágica (si, lo se, sonó a maestro Yoda), pero relájate, no te volverás un Sith, no necesariamente.

Una parte de nosotros desea aprender, pero otra, a nivel más bien inconsciente desea evitar a toda costa la ansiedad, por ello evitará dentro de lo posible cualquier cosa que ponga en duda las creencias ya establecidas, así entonces, impide aprender abiertamente, como filtro entonces se establecen los llamados sesgos cognítivos. Bueno, en teoría un practicante de magia debe en sus primeras etapas aprender las herramientas mentales necesarias para controlar la ansiedad, pero todos sabemos que raras veces es así y la gente se suele cargar por el lado de aprender a hacer cosas más que aprender a conocerse a si mismos, así que en la mayoría de los casos el aprendizaje de enfoques diferentes al que ya se tiene será una experiencia difícil.

Pero ahora la dura realidad, si algo nuevo te genera dudas es porque lo antiguo no está firme, posiblemente esa información simplemente haga evidente algo que nunca quisiste admitir, que tu conocimiento es menos profundo de lo que debería. Pero, si lo piensas no es malo, de hecho es bueno, descubrir que no tienes todas las respuestas te hace formularte las preguntas correctas (si, la frase viene de la película Thor… que? me gusta Marvel… es mi vida, ok?) así entonces se abre la puerta a un aprendizaje, algo que antes no había.

Claro, es más fácil hacer eso cuando se es más joven puesto que al pasar de los años los sesgos se vuelven más fuerte, encerrando a la persona en su visión personal de la realidad sin darle mucha salida, por eso es que nos hallamos con gente que menciona que lleva X años de práctica (eso de citar los años sirve solo para referir cuantos errores hemos cometido, no es un indicador de calidad) que cuando se le plantea un método o estilo diferente o lo ignora o hace algún comentario altanero del tipo de “eso es para aficionados” o “con mis iniciaciones estoy por encima de eso”, pero bueno, cada cual juzgue esos comentarios y decida.

El tema es que hay muchas fuentes de dudas cuando se estudia magia, por ende se termina aprendiendo de muchos temas, un practicante con varios años de aprendizaje en el cuerpo habrá aprendido en términos básicos sobre psicología, ciencias naturales, antropología, historia, literatura, etc. En resumen, al tratar de resolver las dudas se crean dudas nuevas, al tratar de responder esas nuevas se generan otras y así, infinitamente, pero si en vez de evitar esas dudas se trabaja en responderlas se da un aprendizaje que puede llevar a niveles previamente no imaginados.

¿Algún consejo? Respire profundo. ¿Otro? disfrute las dudas, no acepte las cosas solo porque las dice un libro, el autor, por muy reconocido que sea se puede equivocar, tampoco acepte que las cosas son así porque alguien de mayor “grado” lo plantea, puede equivocarse, también puede que simplemente esté inventando para no reconocer su ignorancia, investigue hasta que su curiosidad quede satisfecha, si el otro se ofende por eso, tome nota, analice esa actitud y siga investigando, no deje que lo detengan, a estas alturas del siglo 21 no hay “secretos”, eso es una farsa, simplemente hay algunas cosas que cuesta más averiguarlas.

Eventualmente su nivel de habilidad llegará a ser suficiente para que se pueda comunicar directamente con espíritus de diferentes clases, ellos podrán enseñarle cosas, resolverán sus dudas de un modo “didáctico” (al parecer hay bastantes cosas que la mente humana no puede entender directamente, pero ellos se las arreglan con metáforas para enseñarlas en la medida de nuestro entendimiento), no se rinda, si en verdad quiere aprender lo logrará de un modo u otro.