El Animal de Poder

El animal de poder es algo que aparece en forma recurrente en las culturas antiguas de América y podemos incluso hallar lo que parecen ser referencias veladas en algunas clásicas.

Si bien el tema es muy mencionado a la vez hay poca información clara, esto debido a que como en muchos temas relativos a la magia no hay un acuerdo en torno al uso de los términos por lo que eventualmente diferentes posturas se refieren a este con iguales palabras.

Podemos decir que hay esencialmente dos formas de abordar el tema, la externa y la interna, una no es excluyente de la otra o mejor, pero si debe tenerse en cuenta que se trata de procesos e ideas completamente diferentes (aunque eventualmente complementarias).

La primera postura implica la “búsqueda” de dicho animal de poder como el de una entidad externa, diferenciada de la psiquis del practicante que ha de actuar como guía espiritual de este aconsejándole y en ocasiones protegiéndole de algunos peligros.
Esta entidad externa es contactada mediante diferentes rituales de índole chamánico en la cual el alma del practicante se proyecta temporalmente al mundo astral donde espera ser aceptado bajo la protección de alguno de sus habitantes que actuaría bajo la apariencia de un animal.

En esto no hallamos mucha diferencia al hecho de generar amistad con habitantes de los mundos sutiles por el método del paseo astral o mental, excepto en que usualmente el rito proporciona un apoyo para aquellos que no poseen la habilidad de hacer esto por si mismos. El otro elemento importante es la protección que el chamán otorga a su estudiante (puesto que no se trata de algo que se haga comercialmente para un cliente) en que este evita que las entidades contactadas sean de una naturaleza negativa que puedan dañar al neófito.

Sobre esto último es importante hacer mención que si bien muchas de las herramientas usadas por chamanes de muchas partes del mundo están actualmente a disposición, tales como los cánticos incluso sustancias psicoactivas usadas en el proceso existe una diferencia entre usarlas siendo guiados por un experto a hacerlo por usted mismo en su casa, tanta diferencia como la que habría entre que le saque el apéndice un cirujano y que lo haga un carnicero. No pocos han caído en esta trampa y en el mejor de los casos han tenido un muy mal rato o han terminado siendo engañados por alguno de los no tan amables ni puros habitantes del mundo astral. No se engañe, la receta no hace al chamán, más aún en estos tiempos en que cualquier farsante se hace pasar por uno.

La segunda forma de manifestación del animal de poder es totalmente interna, así entonces se trata de una manifestación semi-consciente del cuerpo astral de la persona, que basada en sus tendencias mentales y emocionales toma la forma de un animal que se asemeje a tales.
En este caso el animal de poder puede actuar también como guía, aquí entonces el instinto se manifiesta como una realidad subjetiva parcialmente separada de la conciencia del practicante con la que este puede interactuar y usar como apoyo en diferentes procesos.

Así un animal de poder depredador será un excelente indicador de los puntos débiles de otros, en términos del instinto que representa lo que muestra es el como “cazar a la presa“, mientras que un animal no depredador (o sea, la presa) será un excelente indicador de los potenciales peligros a los que se enfrenta la persona.
Se debe entender que como manifestación del propio cuerpo astral del practicante el animal de poder corresponde a una fuerza no intelectual e instintiva, por ende, este no entenderá sobre temas políticos, económicos, espirituales ni sociales, su único motor es la supervivencia y guiará en función de esto. 

El animal visto en esta segunda forma es diferente al primero en la medida que el primero siendo un ser astral completamente independiente tiene su propia opinión y puede o no estar siempre de acuerdo con las intenciones del practicante, llegando a darse el caso de que el animal le abandone. El segundo por su parte proviene del cuerpo astral de la persona y por esto no puede desvincularse, si bien es posible que salga (una proyección astral parcial) del practicante.

Sobre “enviar” al animal de poder a hacer algo, por ejemplo espiar o atacar a otros es algo que debe tenerse con mucho cuidado, esto debido a que tanto el primero como el segundo caso sufrirán la misma suerte, el vínculo con el cuerpo astral del practicante es tan fuerte que este recibirá cualquier daño que el animal reciba sin importar la distancia a la que el evento suceda, así entonces puede incurrirse incluso en daño letal. Más de una historia refiere la literatura esotérica respecto a estos temas.
Otra razón para no “enviar” al animal de poder a cumplir tareas es que se acostumbrará a salir y como todo animal, igual que su perro o su gato, hará lo que quiera excepto que usted le ponga un freno, sin tal, eventualmente saldrá a cuando quiera y a hacer lo que quiera, esto a la larga es un peligro debido a lo que un animal, una fuerza irracional sea capaz de hacer sobre otros humanos.

Así, en definitiva, el animal de poder es una fuerza muy interesante y útil para el practicante de magia y como toda otra debe ser tratada con cuidado y respeto para evitar pasar algún mal rato.

Autor:
Andrés Villavicencio
Practicante de Magia
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