ESOTERISMO EN CRISIS! La búsqueda de lo auténtico en un mar de engaños:

A lo largo de las décadas, el esoterismo se ha desviado, transformándose en un charquicán de creencias que se mezclan entre sí y que finalmente terminan confundiendo a los neófitos que intentan transitar por el sendero. De aquí que el porcentaje de abandono sea cada vez mayor. Los jóvenes se decepcionan rápidamente porque la gran mayoría desea resultados inmediatos. Pero esta necesidad ha sido fomentada precisamente por los oferentes del servicio, quienes día a día prometen acertividad y eficiencia en rituales que prometen éxito de la mañana a la noche. Y esta es precisamente la raíz del problema.
Algunos individuos han creado técnicas de sanación y terapias sin fundamento, promovidas como canalizadas y respaldadas por seres de luz o extraterrestres. Esta invasión de charlatanes ha llevado a una decadencia perceptible en la seriedad y la credibilidad del esoterismo contemporáneo. Además, la comercialización desmedida de estos servicios no solo devalúa las prácticas esotéricas, sino que también genera incertidumbre, desilusión y desconfianza entre quienes buscan sinceramente conocimiento y desarrollo personal. Lo anterior ha aportado su granito de arena a la decadencia en la que estamos sumergidos hasta el cuello, un lodazal del que difícilmente nos liberaremos mientras las terapias de la ciencia ficción sigan validándose.
Es cierto que el común denominador de las personas que entran a estudiar las artes místicas lo hacen con la intención de vender el servicio, convencidos de que aquí alcanzarán el éxito económico que no han podido obtener en otras áreas. Un porcentaje muy pequeño dentro de ese grupo quizás lo ve como una alternativa de desarrollo personal, pero todos en su conjunto tienen la expectativa de poder vivir de esto. En un océano infinito de proveedores de cuanto servicio alternativo exista, es muy fácil tapar el sol con un dedo. Pero si algo es claro como el agua, nadie se hace millonario en ello.
En la antigüedad, formar parte de una escuela ocultista representaba un gran honor pero también una tremenda responsabilidad. Tomemos como ejemplo la escuela pitagórica. Fundada por Pitágoras en la antigua Grecia, esta escuela combinaba enseñanzas matemáticas y filosóficas con creencias místicas. Los pitagóricos creían en la transmigración de las almas y en la importancia de los números y las proporciones en la estructura del cosmos. Los estudiantes pitagóricos no solo aprendían sobre los principios fundamentales de los elementos, sino que también desarrollaban un profundo sentido de disciplina y constancia. El estudio y la práctica eran intensivos y se prolongaban a lo largo de los años, envejeciendo los estudiantes a la par de sus conocimientos.
Lo fundamental en el desarrollo del mago pitagórico era entender que nada se consigue de un día para otro. Era esencial desarrollar las cualidades y aptitudes a través del tiempo. Solo al alcanzar la madurez, el practicante podía entender el valor de la paciencia, que daba sus frutos luego de décadas de esfuerzo y dedicación. ¿Le cabe alguna duda?
Sospechosamente, abundan las brujas y magos que no superan los treinta años de edad y que se apresuran a declararse expertos en cualquier materia ocultista, ataviados con disfraces cinematográficos que persuadirían a cualquiera. Ya lo hemos dicho anteriormente: “el hábito no hace al monje”, pero un buen atuendo impresiona a muchos. La gran mayoría se cree portadora de la verdad simplemente porque sus familiares forman parte del mismo círculo. Sin embargo, si realmente tuvieran conciencia de lo que implica ser parte de ello, sabrían que el poder personal debe desarrollarse a lo largo de las décadas. La prueba y el error son fundamentales para aprender a levantarse y comenzar de nuevo. La madurez no se alcanza automáticamente.
Y para colmo de males, existen algunas escuelitas de magia que aseguran a sus alumnos que esto no representa ningún riesgo. Muchos creen que la invocación de espíritus no representa mayor dilema, una creencia que los puede llevar a errores de los que podrían lamentarse. Pero es tanta su ceguera que, aunque vivan los estragos de su falta de conocimientos en la materia, sus egos los llevan a culpar a otros por lo que no ven en sí mismos. Las condiciones medio ambientales siempre le servirán de excusa a los ineficaces que no desean cargar la responsabilidad sobre sus hombros.
En Magia, es fundamental el autoconocimiento y saber hasta qué punto uno puede llegar. Es una necesidad de supervivencia primaria entender que no somos inmortales ni infalibles y que en el mundo espiritual también hay seres que nos podrían perjudicar o sentirse terriblemente ofendidos por nuestra falta de educación. Acto seguido, el castigo sería ejemplar. Debido a esta causa es que a veces los rituales de prosperidad y abundancia no dan el resultado esperado, ya que no nos han enseñado el protocolo de acción de forma correcta. Y en algunos casos puntuales quieren convencerse de que el operante tiene el derecho de comandar a entidades inteligentes, que los superan en todos los sentidos, un grave error.
Quizás el problema radica en que los maestros que inculcan estos antivalores a sus aprendices también poseen gigantescos egos que les impiden entender la realidad. Y si de realidad se trata, también es necesario saber que los trastornos de personalidad son más comunes de lo que se cree, por lo que se hace más que necesario desarrollar la cautela, cuando se ignora si el profesor o la profesora padece de alucinaciones visuales y auditivas que les convencen de cosas que no están ahí y que nadie más ve o siente. ¿De qué manera podríamos confirmar lo contrario? Simple, siendo concienzudos y anotando cada afirmación. Si estas no pudieran ser confirmadas a corto, mediano o largo plazo, es de sentido común asumir que hay algo más detrás.
En el esoterismo actual, vemos una clara desviación de los valores clásicos y tradicionales. En lugar de una búsqueda sincera y paciente del conocimiento, muchos buscan resultados rápidos y beneficios económicos inmediatos. Este enfoque superficial y mercantilista no solo devalúa las prácticas esotéricas, sino que también confunde y decepciona a los nuevos buscadores, perpetuando la incertidumbre.
Si no me cree es cosa que le diga a cualquier desconocido a lo que se dedica, para conocer su opinión al respecto, lo que es el resultado de la mala imagen que el ocultismo contemporáneo ha conseguido: la falta de credibilidad.
Para rescatar el verdadero espíritu del esoterismo, es esencial volver a los principios de disciplina, estudio profundo y dedicación, tal como lo enseñaban las antiguas escuelas como la pitagórica.
Nuestros principios son claros y seremos firmemente leales a ellos, para que la Magia histórica, fundamentada y verás perdure por siempre. Ese es nuestro juramento solemne.

Firma:
Mario El-Far C.
El Boticario Mágico®
(CRIN Nº2022-S-105)
Gestor, Diseñador & Auto