Juegos olímpicos y quienes somos en verdad

La apertura de los juegos olímpicos de 2024 en Francia ha sido sin duda algo que ha dado que hablar, pese a ser un espectáculo bastante extenso, la mayor parte ha girado en torno a una escena, lo que refieren como una parodia a “La ultima cena”, escena que duró un minuto y 20 segundos.

La presencia de travestis, amanerados (queer), una mujer obesa y muchos personajes que resaltaron mucho visualmente, junto a un hombre de azul que sale de una bandeja y que luego quedan en una postura que a muchos les recordó al mural “La última cena”, pintado por Leonardo Da Vinci a finales del siglo XVI, hizo estallar las críticas por todos lados.

Pero primero debemos ver en contexto, hay un mito que vincula al dios Baco/Dionisio con el origen del rio Sena, en uno de cuyos puentes se desarrollaba la escena, una que de hecho representaba una bacanal, una celebración a dicho dios.

Pero este evento nos sirve para ver en que mundo estamos, se habla de tolerancia, aceptación, integración de diversos colectivos, pero si un queer y un travesti aparecen en una escena que les hace remembranza vaga a la última cena, les parece ofensivo, vulgar y definen que eso no es arte verdadero.

Primero, la presencia de elementos LGBTQ+ es ínfima proporcionalmente, hubo un amplio grupo de bailarines en escena de los cuales ellos solo eran unos pocos, pero al parecer suficiente para que asociarlo con una escena del mito de Jesús (si, es un mito, no hay pruebas históricas concluyentes de que existiera, así que solo es mitología cristiana) bastó para que a muchos se les saliera el inquisidor que traen dentro, su Torquemada personal.

Porque una gorda, unos negros, una niña oriental, un travesti y un amanerado, todo en algo que les asemeja una escena cristiana fue demasiado, a fin de cuentas el cristianismo y sus escenas son todos de hombres heterosexuales que además son pintados como blancos caucásicos, olvidando que por la época y región del mundo donde acontecen los eventos del mito no serían nada de blancos, sino más bien morenos como lo habitual en habitantes del Levante y Medio Oriente. Ah si, claro, es que están acostumbrados a la idea de un Jesús rubio y de ojos azules, solo que esa es la cara del amante de Miguel Ángel a quien este le dio en ese cuadro un agradecimiento por sus placenteros favores, pero no es el tema ahora.

Pero ¿Querían hacer arte los organizadores? Partamos en que hay expresiones artísticas en toda forma de música, danza, representación escénica, etc., el hombre que se sube a la micro a cantar también está haciendo arte, el grafiti es arte, los bailarines callejeros hacen arte, que nos guste o no el arte que ofrecen es un asunto totalmente diferente a que lo sea o no.

Con esto en mente, la apertura de los juegos olímpicos fue un espectáculo que contuvo muchos elementos artísticos, pero dudo que la intención de los organizadores fuera hacer arte en si, sino hacer un evento que fuera recordado y del que se hablara, algo que sin duda lograron.

Debemos quizás agradecerle a los organizadores el poder ver como con su presentación la gente mostró sus prejuicios, se quitaron la máscara de buenas personas y evidenciaron lo que son en verdad, discriminadores que no toleran que seres que consideran moralmente inferiores actúen de un modo semejante a sus íconos religiosos, arrogantes, al darse el gusto de calificar como arte aquello que no les gusta, incluso si su conocimiento de arte es ínfimo y en su mayoría nunca han tenido una educación formal al respecto.
Si, en un mundo donde la gente pretende ser buena, amable y tolerante, basta con un minuto y 20 segundos para que emerja su verdadera naturaleza por detrás de las máscaras de espiritualidad, seres de luz y de amor hacia la humanidad, demostrando que al final solo buscan sentirse mejores que los demás y que si no tienen méritos suficientes para eso, recriminar al resto porque quienes son, incluso si no pudieron elegir nacer de un cierto modo, el modo en que ese mismo dios que veneran los creó.

A fin de cuentas, un perro viejo no aprende trucos nuevos y si estamos acostumbrados a ver el mundo de un cierto modo y discriminar en base a eso, es difícil que lo cambiemos, sobre el tema de la polémica olímpica, claramente los ofendidos son de las generaciones más antiguas, boomers y generación X, o sea, todos los de más de 40 años, a los millenials no les afecta tanto, aunque no es que rebocen en tolerancia, quizás los generación Z y Alfa simplemente ni se preocupen por el asunto, pero, van entre los veintipocos y directamente estar entrando a la pubertad, así que pasará un tiempo antes de que lleguen a ser la generación en el poder, mientras, vemos como los perros viejos ladrán al árbol que el cura les enseñó a ladrarle.

En los juegos olímpicos se transporta una llama, que no se extingue en ninguna parte del camino, cuyo origen está en la misma Olimpia en Grecia, este símbolo es totalmente pagano representando el fuego que Prometeo robó a los dioses para dárselo a la humanidad y también el fuego eterno de Hestia, una de las principales diosas del panteón griego, un símbolo que se reintrodujo en 1928 en Amsterdam. El símbolo de la llama que no se extingue es muy poderoso, una tradición, una cadena de transmisión, el formar parte de una cadena en la que puedes ser solo un eslabón que no verá ni el principio ni el final de esta.

Si sacamos el símbolo del contexto olímpico, nosotros formamos parte de muchas cadenas, de muchas llamas que se transmiten de una generación a otra, algunas cosas son buenas, como la ciencia, el arte, la filosofía y otras no tanto, como los prejuicios y los dogmas religiosos. Como el perro viejo que somos, vivimos y transmitimos nuestros prejuicios y dogmas a las generaciones que nos siguen, por suerte en esto último no han sido buenos estudiantes, pero no quita que muchos se conserven, en cualquier caso, si nos enfocamos solo en nuestro punto en el tiempo, nos puede afectar mucho.

No deja nunca de sorprender que personas que se autodenominan como budistas o paganos suelan compartir en sus redes sociales imágenes llenas de contenido cristiano, algo que no tiene sentido, un pagano o un budista jamás compartirían una imagen del sagrado corazón de Jesús ni de la virgen Maria, simplemente son deidades de otra religión, más aún, se trata de personas que además suelen trabajar o enseñar temas sobre magia, algo que está estrictamente prohibido en el cristianismo y que los vuelve pecadores de inmediato, un cristiano que incluya elementos mágicos o paganos en su vida está condenado al infierno sin duda, aunque a diferencia de esto, un pagano que agregue algún elemento cristiano no se verá afectado, a fin de cuentas para un pagano Jesús es solo uno más de miles de dioses que existen y si sirve de algo no está de más usarlo, pero persiste la duda ¿Por que estos supuestos budistas, magos o paganos llenan sus publicaciones de redes sociales con cristianismo? De vuelta a lo mismo, perro viejo no aprende trucos nuevos, así que si mezclan sus productos con ideas que el potencial cliente ya conoce se le hará más fácil venderlo y ¿Qué más conocido que el cristianismo? De hecho, seamos honestos, la mayoría de esos no son budistas ni paganos ni magos, son simples cristianos con necesidad de vender un producto para pagar las cuentas.

Todos formamos parte de costumbres, tradiciones, una historia familiar, desligarnos de eso, ya sea como prejuicios o como dogmas religiosos es difícil, pero cada cierto tiempo tenemos una oportunidad única como la que dio esa breve escena sobre el río Sena de ver expuestos nuestros prejuicios y odio más recalcitrante, algo que supera las máscaras con que fingimos ser buenas personas y evidencian los prejuicios y odio que tenemos adentro, ahora que hemos llegado a uno de esos puntos, queda que se pregunte ¿Seguirá teniendo eso adentro suyo o hará algo real para cambiarlo? No seamos ingenuos, visualizar la llama violeta o recitar mantras no va a cambiar nada de eso, debe enfrentarse a si mismo, ver en su interior donde se originan esas ideas y enfrentarlas, encararlas no de acuerdo a quien era cuando las aprendió sino a quien es ahora y en que mundo se mueve, el proceso para lograrlo suele ser desagradable o incluso doloroso, no es algo para débiles ni para personas que solo quieren aparentar bondad, por eso es que muchos seguirán de largo, harán como que nada pasó, seguirán con su farsa de ser seres de luz, se dirán espirituales, fingirán hacer magia blanca y venerar dioses paganos en público, aunque de noche le prenderán una vela a su virgencita pidiéndole que les perdone por esas mentiras.

Cada cual elige quien será ¿Usted siquiera ha pensado en elegir?

P.d.: Si usted se sintió ofendido en su dignidad religiosa por lo que vio en esa corta escena o en este artículo y es hombre, le recuerdo que ya está en edad de hacerse una revisión anual a la próstata, si es mujer, el pap, en cualquier caso, su médico tratante hallará le indicará el lugar donde guardar sus sentimientos de ofensa.

Autor:
Andrés Villavicencio
Practicante de Magia
senderodelamagia.blogspot.com